LuzOscura13

-¿Y bien? –dijo Alex acomodándose en su silla-. ¿No nos debía una explicación el señor aquí presente? Se encontraban de nuevo en el refugio donde habían vivido los últimos meses, en la planta baja en la mesa que estaba al lado de la chimenea. Alrededor de ella, se encontraban además de Aries y los hermanos, Nareth ya humano, Rhawn, Melyenor y Higk, que estaba acurrucado en el suelo, durmiendo al parecer. Raorior también se encontraba en la sala, pero en la esquina contraria. Los demás ya se habían marchado al barco, o estaban en el piso superior, durmiendo. -¿Yo? Ter

Los hermanos prefirieron no mover un músculo mientras los monstruos les transportaban. No les herían, les arrastraban con la boca, pero ponían un especial cuidado en no hacerles daño. Sakara abrazaba el libro de Nareth, mientras que Alex dejaba todo el cuerpo muerto, para que a las criaturas les fuera más fácil arrastrarle. Cuando ya estaban suficientemente lejos del claro, las criaturas frenaron y, con una extraña habilidad, les colocaron tumbados sobre la grupa de los dos monstruos más grandes. Comenzaron a galopar, alejándose más rápido de allí. El resto del grupo de criaturas no

-¡No! –rugió el lobo, cerrando el libro de un zarpazo-. ¡No tienes suficiente nivel! –Sakara retrocedió, preguntándose a que venía esa contestación. Entonces se dio cuenta de que el libro que había abierto no era uno de magia, si no ese de historia que Nareth estaba leyendo en la biblioteca… -¡No podremos aguantar mucho más!-dijo Raorior. -¿Por qué hacen eso? ¿Qué quieren? –preguntó Sócrates. -¡Qué alguien lo intente, al menos! ¡Da igual, que lo intente ella aunque sea! –dijo Raorior señalando a Sakara. -Intentar

Continuaron hablando hasta que se hizo de noche. Nareth corrió a esconderse y se transformó en lobo. Era gracioso verle así, ya que su túnica se ajustaba a su forma. Ver a un lobo vestido y más aun con algo que le quedaba bien era curioso. Alex y Sakara se dieron cuenta de que esa noche tendrían que irse con su padre para siempre, y aun no habían pensado la forma de despistar a Aries. Así que, utilizando la excusa de su herida, a Alex se le ocurrió algo. -Oye, Aries. Estás mal. ¿No prefieres que te deje mi cama? Se está más a gusto que en una silla, eso te lo aseguro. –dij

Por suerte, nadie se percató de que habían desaparecido. Todos seguían durmiendo cuando llegaron, y nadie les preguntó por qué no estaban en sus camas el día anterior. Aries tampoco había llegado aun, por lo que aprovecharon para ir recogiendo sus cosas, ya por la mañana, disimuladamente. Pudieron recoger casi todas sus cosas antes de ir a entrenar. Alex fue con Melyenor, como de costumbre, mientras que Sakara, como Aries aun no había llegado, fue con Nareth a la biblioteca. Temió que Aries no volviera a tiempo, así que buscó libros, intentando encontrar algo de información sobr